Otras intervenciones del profesional sanitario especialista en Inmunología no tienen que ver con situaciones de mal funcionamiento del sistema inmunitario, sino que están relacionadas con procesos donde queremos evitar precisamente, su correcto funcionamiento porque constituya un problema para la intervención que se quiere hacer en el paciente o en otros casos, porque queramos manejar la respuesta dirigiéndola según determinadas necesidades.
Así, en el caso de los trasplantes, se utilizan determinadas sustancias (inmunosupresores) que modulan la acción del sistema inmunitario para evitar un problema, el rechazo, que sería la respuesta normal del sistema inmunitario frente a la detección de componentes extraños en el injerto. El rechazo de órganos se debe a las denominadas moléculas del complejo mayor de histocompatibilidad, que permiten al sistema inmunitario diferenciar lo propio de lo extraño y son diferentes entre individuos, de manera que es muy difícil encontrar a dos individuos con las mismas moléculas de histocompatibilidad a menos que sean hermanos. Cuando se realiza un trasplante las moléculas de histocompatibilidad extrañas presentes en el órgano se comportan como aloantígenos. Para disminuir en lo posible el uso de inmunosupresores, que tienen efectos secundarios como mayor probabilidad de infecciones y procesos cancerosos, el Inmunólogo estudia la compatibilidad entre el paciente y el donante, procurando que sea la máxima posible.
Otros casos de manejo del sistema inmune es la inmunoterapia. Este término es un poco confuso y nada preciso, puede aplicarse a cualquier situación en la que utilicemos cualquier elemento que vaya a servir para estimular al sistema inmunitario, reponer algún componente en el que es deficitario, dirigir la respuesta hacia un sitio concreto, cambiarla, etc. Hablamos también de inmunoterapia refiriéndonos a las terapias biológicas y aquellas modificadoras de la respuesta. La vacunación quedaría encuadrada en este apartado, ya que, consiste en inducir una respuesta frente a un agente infeccioso mediante la administración artificial de dicho agente modificado o de sus algunas de sus partes con el objetivo de que, al ponerse en contacto con el patógeno natural y, gracias a la memoria inmunológica, el sistema inmunitario repela la agresión sin enfermedad o con una sintomatología más leve. El término “vacuna” también se utiliza para la inmunoterapia que se emplea en la alergia con el objetivo de conseguir que en la respuesta frente al alérgeno se produzcan anticuerpos de tipo IgG en lugar de IgE. La inmunoterapia también se utiliza contra el cáncer, en caso de tratamiento con anticuerpos monoclonales o uso de células T modificadas que favorecen la respuesta inmunológica frente a las células neoplásicas . También en enfermedades autoinmunes se utilizan fármacos biológicos que controlan la respuesta inmunitaria perjudicial.